miércoles, 10 de diciembre de 2008

Efecto de la actividad física sobre el aparato respiratorio:

La actividad física determina sobre el aparato respiratorio un incremento en su frecuencia y amplitud (polipnea e hiperpnea); este aumento ocurre rápidamente una vez comenzada la actividad y a veces antes de iniciarla. Las causas del incremento de la función respiratoria durante la actividad física parecerían ser varias: una podría ser de origen nervioso, hiperventilación refleja, como respuesta a los estímulos de quimiorreceptores y de los mecanorreceptores musculares, y también una hiperventilación programada en los centros nerviosos que comandan la respiración.
Tanto la frecuencia como la amplitud respiratoria sufren variaciones para suplir la gran demanda de oxígeno durante la actividad física. Cuando la demanda queda satisfecha, el individuo se encuentra en una etapa compensatoria, denominada fase estable, durante la cual se produce un equilibrio entre la absorción y el consumo de oxígeno. Si el trabajo físico aumenta en intensidad, puede llegar un momento en que las adaptaciones respiratorias no alcancen para satisfacer las necesidades, denominada fase insuficiente del proceso que genera deuda de oxígeno y es la causa por la cual el individuo debe realizar metabolismo anaeróbico y se produce intensa disnea.
Respuesta respiratoria al entrenamiento:
Por el entrenamiento deportivo se producen modificaciones en el funcionamiento del aparato respiratorio, como aumento de la expansión torácica que conlleva el del amplitud respiratoria, como así un incremento de la frecuencia de la respiración.
Segundo aliento:
Son adaptaciones fisiológicas que pueden suceder en cualquier momento de un trabajo intenso; en el comienzo de estas puede sentirse incomodidad de distinto tipo: mareos, respiración rápida e irregular, taquicardia arrítmica, opresión torácica, pulsaciones en el cráneo, fatiga y dolor muscular, sobre todo en los miembros inferiores, sin embargo el síntoma predominante es la disnea o sensación de falta de aire. S8i el individuo resiste el mal momento y continúa la actividad comienza a sentirse mejor, y el aparato respiratorio y el circulatorio empiezan a trabajar más regularmente apareciendo una transpiración profusa que regula la temperatura y determina una alivio.
Se cree que los malestares previos se deben a un reflejo originado por el intenso estímulo de los centros respiratorios por la acumulación de los metabolitos celulares en los músculos activos y en la sangre como consecuencia del incompleto transporte de oxígeno. El alivio posterior podría deberse a una mejoría del transporte por el incremento del VMR y VMC y la vaso dilatación activa muscular.

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