Existen datos que sugieren que el entrenamiento de los
jugadores jóvenes no necesita centrarse en el aumento del rendimiento
físico. Frecuentemente los jugadores jóvenes consiguen un efecto suficiente
de entrenamiento físico gracias a sus entrenamientos regulares y a sus
partidos. El tiempo dedicado al entrenamiento se suele emplear en el
entrenamiento de las habilidades técnicas. Los jugadores sacarán mucho
beneficio de esta clase de entrenamiento cuando lleguen a la categoría
“senior”. La figura 10.2 nos muestra ejercicios que pueden ser usados para
aumentar el nivel técnico de los jugadores jóvenes.
Cuando entrenamos a jóvenes, nos damos cuenta de la gran
diferencia que existe en cuanto a la maduración dentro de un grupo de edad.
El momento del desarrollo puede empezar a una edad tan temprana como
es la de 10 años o puede no hacerlo hasta los 16 años. Como promedio, las
niñas maduran 2 años antes que los niños. Así como la maduración puede
tener un profundo efecto sobre el rendimiento físico, hemos de tener cuidado
en no infravalorar a los genuinos talentos futbolísticos debido a su
inmadurez física en comparación con otros jugadores del mismo grupo de
edad. Otro importante aspecto del entrenamiento de jóvenes es la dosis de
entrenamiento. El entrenador debe observar cuidadosamente cómo
responde al entrenamiento cada individuo para no excederse en dar a estos
jóvenes demasiado entrenamiento.
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